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Comunidad Sumak Kawsay

El Abuelo Tabaco

El Tabaco es una planta sagrada de los pueblos nativoamericanos, quienes la reconocen como planta de poder que abre los caminos, sana las heridas del pasado y nos conecta con el espíritu...

Por: Pablo Andrés Osorno O.

Photo by Afif Kusuma on Unsplash

El Tabaco es una planta sagrada de los pueblos nativoamericanos, quienes la reconocen como planta de poder que abre los caminos, sana las heridas del pasado y nos conecta con el espíritu, uniendo las dimensiones del ser ubicadas en el vientre, el corazón y la cabeza, en otras palabras, conecta las emociones, los sentimientos y los pensamientos con el corazón universal. A nivel físico ayuda en el tratamiento de enfermedades respiratorias, tales como sinusitis, rinitis, congestión nasal, asma y dolores de cabeza. A nivel energético nos ayuda a encontrar equilibrio y armonía llevando al ser a su centro, permitiendo que se expresen y sanen bloqueos del cuerpo, de la mente y de la emoción.

Las flores de la planta del Tabaco tienen forma de campana de un tono rosa o amarillo claros, según la variedad, y son muy apreciadas por los colibrís. Su semilla es un puntito más pequeño que la cabeza de un alfiler y su manera de sembrar es bien singular: para el pueblo Murui Muinane la palabra para nombrar la siembra del tabaco es d+oji, que significa: soplar, dar aliento o alentar. También nos cuentan los abuelos de este pueblo que nuestro corazón es una semilla de Tabaco, entonces, para que la palabra sabia y dulce germine en nuestro corazón, tendremos que retornar a la consciencia del aire, aliento universal, como primer aliento que enciende el fuego de la vida.

Cuentan los ancestros que el Tabaco es un abuelo de las estrellas. En una era de la tierra en la que todo se purificó con el fuego, él siguió en pie, porque alguien tenía que quedarse para contar a las nuevas generaciones humanas las historias de los tiempos inmemoriales. Es, pues, esta su gran virtud: ser portador de la memoria antigua; es un abuelo que nos trae el recuerdo de quiénes somos y nos ayuda a transmutar aquello que nos impide experimentar nuestro verdadero ser, es el “Abre caminos”, un espíritu que despeja, sana, protege e ilumina el camino.

Existen diversas preparaciones y usos del Tabaco según cada tradición y pueblo ancestral. La manera más conocida es fumándolo envuelto en la misma hoja del Tabaco, en hoja de maíz o en hoja de plátano, o depositado en la cazuela de instrumentos sagrados como pipas y chanupas, para elevar plegarias y orar, porque el humo del Tabaco se eleva al cielo para llevar las peticiones y mensajes al Gran Espíritu. También se acostumbra soplar el humo del Tabaco en el cuerpo de quienes necesitan una limpieza energética o una bendición para su camino. En nuestra experiencia hemos visto que, cuando se enciende un Tabaco con una intención consciente y de manera sagrada, teniendo presente no llevar el humo a los pulmones, no genera ningún perjuicio a la salud ni adicción, por el contrario, aporta equilibrio y tranquilidad, un principio fundamental para el buen funcionamiento de nuestros sistemas internos, y se establece una relación de respeto con el espíritu de la planta.

Otro de los usos tradicionales son los emplastos de hojas de Tabaco para cicatrizar las heridas, además de ser reconocido como un gran antibiótico que se puede aspirar, ingerir o aplicar de manera tópica. Ejemplo de ello es el Ambil, una reducción de Tabaco que toma la forma de jalea y se lame acompañado del Mambe, hoja de Coca pulverizada con ceniza de hoja de Yarumo, un alimento espiritual que se comparte en diversas danzas rituales y círculos de palabra de los pueblos Murui Muinane del Amazonas. Al ser una reducción de Tabaco, el ambil concentra sus propiedades antibióticas, siendo altamente eficaz al aplicarse de manera tópica en heridas, incubación de gusanos y picaduras de animales venenosos. Asimismo, es común ver en las selvas a indígenas y campesinos fumar o mascar el Tabaco para protegerse de serpientes venenosas en las chacras, en los caminos o en las jornadas de cacería.

Otras preparaciones curativas del Tabaco es la infusión en agua y su reducción en polvo o ceniza, esta última conocida como Rapé u Osca, las cuales se aplican de manera nasal. El agua de Tabaco también puede ingerirse en pequeñas dosis para tratar el asma y en una dosis mayor como purgante. Recomendamos una iniciación ceremonial o la guía de un Mayor, curandero o iniciado para entablar una relación con el Tabaco a través de estas prácticas y preparaciones ancestrales, teniendo en cuenta que puede llevar a estados de limpieza profunda y de conexión espiritual que amplifican la consciencia.

Estas y otras manifestaciones del poder curativo y espiritual del abuelo Tabaco, hacen que lo reconozcamos como una gran medicina, como un espíritu mayor que está en la tierra para acompañar y guiar a la humanidad en el camino del corazón.

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